lunes, 29 de enero de 2018

La #mamirunner es Preferente C

Justo esta semana Facebook me recordaba que hacía un año de una entrada al blog muy especial. Volvía a colocarme un dorsal después de ser mamá. Y, creedme, leyéndola de nuevo, me emocioné. Porque ha sido mucho lo vivido este año. Decenas de carreras, unos ritmos de carrera que todavía hoy me cuesta asimilar... y un maratón en mis piernas. Se dice pronto. Pero no ha sido fácil llegar hasta aquí. 

Lo cierto es que el pasado fin de semana volví a correr la 20ª Carrera Popular Galápagos 3F. Y volví a disfrutar como lo hice la temporada pasada. Aunque esta vez fui un poquito más rápido (casi 1 minuto más por kilómetro) y lo hice entre lluvia y viento. Fue una locura.


Estrenaba, con esta carrera, el dorsal Preferente C que conseguí el pasado año. Y, de paso, lo volví a obtener para 2019 al quedar entre las primeras 100 mujeres de la clasificación general. De hecho, entré la número 76. ¡La 29ª de mi categoría! Hay que reconocer que hubo muchas ausencias debido al temporal, pero lo hecho, hecho está. Y yo también tengo mi mérito, que no os podéis imaginar la que nos cayó minutos antes de dar la salida.


¿Y ahora, qué? ¿A por el Preferente B? Pues no. Tendría que correr por debajo de 4:30 minutos el kilómetros para conseguirlo. Y de momento no me veo preparada.

Ahora vamos a seguir entrenando para los medios maratones de marzo, abril y mayo. Mientras, correré alguna carrera como he venido haciendo este último año. Y, por supuesto, intentaré estar en todas las pruebas del 14º Circuito Divina Pastora Seguros de Carreras Populares de Valencia.

jueves, 18 de enero de 2018

Viva Mascaraque

No hay nada mejor que aprovechar un viaje a la capital para borrar otro restaurante de mi lista de "pendientes". Esta vez tocaba visitar el concurrido barrio de El Carmen. Mira que me gusta poco ir a comer a dicha zona porque es imposible aparcar y casi siempre acabas perdido entre callejones. Pero tiene su encanto... además de cientos de locales de restauración que valen la pena. Entre ellos Viva Mascaraque.


Supe de él a través de Instagram (@vivamascaraque) y algo me decía que no me iba a defraudar. Encima, lo encontré por El Tenedor con una puntuación de 9,1 sobre 10. Así que reservé para el pasado domingo.

La carta es corta y está pensada para comer de tapeo. Sin embargo, tienen un menú de mediodía que cambia semanalmente y que consta de cuatro entrantes, un principal y dos postres. En un principio, este es el menú que nos presentaron:

Y digo "en un principio", porque por falta de género cambiaron la mitad de los platos. Un detalle que no nos importó por la calidad de los "sustitutos".

Comenzamos con un aperitivo, una oliva rellena de crema de cacahuete. No la probé. Las aceitunas no son lo mío.

Seguimos con los entrantes. El primero, aguacate, mango y salmón con pipas. Diferente y fresco. Perfecto para comenzar.


Después seguimos con uno de los platos modificados respecto al menú presentado. En lugar de la crema tibia de sepia y su carpaccio, nos ofrecieron crema de calabaza con foie rayado en kimchi. Muy dulce para mi gusto.


Me gustó mucho más las verduras en tres cocciones doradas a la pancha con huevo y ajo negro. El ajo negro venía en una pipeta. Las verduras (distinguí remolacha, zanahoria y pimiento) estaban muy tiernas.

El siguiente plato fue otra de las variaciones del menú. En lugar de ostra en tempura con mayonesa de agua de ostras, nori y codium, nos ofrecieron cocochas de bacalao con caviar de arenque y bizcocho de tarta capuchina. Un plato diferente, con gustos y texturas que combinaban muy bien en el paladar.


Pero, desde luego, el plato estrella fue el arroz. Escogimos el de conejo confitado y boletus. Y estaba... espectacular. No sobró nada. El arroz estaba en su punto y el sabor era muy meloso. En definitiva, para repetir.


En cuanto a los postres, también hubo modificaciones respecto a la carta y esta vez no nos avisaron. De hecho, me he dado cuenta al escribir esta entrada. Sí que nos presentaron la torrija de brioche con manzana caramelizada. Iba acompañada por un helado que yo identifiqué como hierbabuena o similar. Muy bueno.


Como segundo de los postres, en lugar de ser la piña, menta y merengue anunciada, nos presentaron frutos rojos glaseados de sabayón y helado de chocolate blanco. No sé cómo estaría la piña pero este estaba buenísimo.


En definitiva, los "fallos" en el menú se enmendaron con la calidad de los platos (sobre todo del arroz) y el servicio. Recomendado si estáis o pasáis por El Carmen.

viernes, 12 de enero de 2018

Nómada

#eatlikeanomada. Me encanta el "hashtag". Es lo primero que pensé cuando vi el delantal de los trabajadores de Nómada, de Begoña Rodrigo. La estética del local, en el Centro Comercial Bonaire, también me gustó mucho. Con una cocina central rodeada por una barra, en la que puedes comer y algunas mesas sueltas alrededor.

Ahora solo faltaba probar la comida.

Fuimos el día 5 de enero a mediodía. No habíamos reservado mesa. Aun así, teníamos sitio en una de las mesas de la entrada. Inmediatamente nos ofrecieron una trona para Lucia. Ella la aceptó contenta, no tanto como la bandeja de pan que le ofrecieron poco después.


Vimos que había menú de mediodía y fuimos directos... sin ojear la carta. La camarera nos aconsejó y nos dejamos guiar por ella. De primero, Rafa y yo coincidimos. Pollo frito, arroz aromatizado y salsa de cacahuetes. Nos gustó mucho. A mí me recordó al arroz con pollo al curry que comía en Copenhague.



De segundo, yo opté por el canelón relleno de carne de olla serrana. A mí y a Lucía nos encantó. La carne estaba tierna y muy sabrosa, y la pasta del canelón, al dente, como tiene que ser.


Rafa optó por el arroz de pescado. Una paella individual de arroz de cangrejo de río y gambas. Entre Lucia y Rafa devoraron el plato. Lo probé. Tenía muy buen sabor. Para mi gusto, quizá demasiada cebolla, lo que endulzaba un punto el arroz.


El arroz presentaba unas perlas negras que parecían aceitunas y que resultaron ser esferificaciones de tinta de calamar. Explotaban en la boca. Muy original. 

Como la presentación del tiramisú, que fue el postre elegido por Rafa.



Mientras que yo probé el bocata frito con plátano y chocolate. Muy bueno, pero excesivamente dulce.


Nos quedamos con ganas de probar muchos otros platos. Así que habrá que volver. Porque relación calidad-precio vale mucho la pena.