miércoles, 4 de noviembre de 2015

Restaurante Komori

Sigo teniendo unas cuantas entradas pendientes. Pero bueno, es la excusa perfecta para regresar al restaurante en cuestión, no sea cosa que hayan cambiado la carta...

De momento voy a hablaros del último restaurante japonés al que he acudido. Restaurante Komori. Situado dentro del hotel The Westin, dicen que es el mejor de Valencia en su especialidad. Así que en una ocasión especial, como era el cumpleaños de mi marido, aprovechamos para probarlo y así certificar que es el mejor. O no.

Tras estar llamando varios días sin éxito, al final conseguí ponerme en contacto con el restaurante para hacer la reserva. Pedí, si fuera posible, que prepararan una tarta o similar para celebrar el 31 aniversario de Rafa. Una chica muy simpática no puso ningún inconveniente. Todo lo contrario. 

Me dijeron que me llamarían la misma tarde en que se había cerrado la reserva para confirmarla. Sin embargo, no hubo llamada. Así que una hora antes de salir hacia allí llamé. Y no había reserva. ¡Qué frustración! Aun así, me dijeron que fuéramos, que a partir de las 22:45 tendríamos una mesa libre. 

Llegamos a las 22:30 y no sentábamos a cenar a las 23:15. Mientras, nos tomamos un aperitivo (al cual fuimos invitados por las molestias causadas). Pero la espera se hizo larga, porque el hambre apretaba. Mucho me tenía que sorprender el restaurante para enmendar su error. 

Una vez sentados y tras leer una carta demasiado extensa, escogimos el menú Komori, que vendría a ser un menú degustación.


Este comenzaba con un aperitivo, un tartar de salmón, mazana y aguacate. Una mezcla de sabores y texturas muy fresca en el paladar.


El primer plato del menú degustación consistía en una ensalada de algas con pulpo a la brasa, chicharro, cangrejo y pepino. La combinación era muy especial. El pulpo estaba delicioso.


Seguimos con Usuzukuri de viera con sal de chorizo y sal negra. Sabor intenso. De los mejores platos del menú. De momento, no estaba decepcionando.


El siguiente fue, personalmente, el mejor plato de la noche. Pescado blanco cortado en lonchas finas con sichimi, ajo y aceite frito. Para mí, una reinvención de las gambas al ajillo de toda la vida. Con un toque picante, pero que te invita a tomar una pieza de pescado detrás de otra... ¡Buenísimo!


En este punto de la cena ya notábamos los cuatro comensales que no íbamos a poder acabarnos todos los platos... Demasiada comida para ser un menú degustación y ser de noche. Pero había que probarlo todo. Hasta el sashimi picante de atún macerado. Picante, como ya se anunciaba, pero muy bueno.


La selección de nigiris es muy original. No sabría con cuál quedarme entre el huevo frito de codorniz con paté de trufa blanca, el pez mantequilla con paté de trufa blanca y cebolleta y la hamburguesa de wagyu con tomate y cebolla caramelizada. Mezclas diferentes, sabores intensos... y lo mejor de todo, los tres nigiris estaban deliciosos.



Los makis de anguila braseada, aguacate, pepino y huevas de pez volador estaban muy buenos. Pero ya no podía con más comida... Lástima que sobraran más de la mitad de los que se sirvieron... 


Con el último plato, estofado de rabo de buey wagyu estofado con salsa teriyaki pasó más de lo mismo. Lo probé y estaba muy tierno. Pero no podía más. Las salsas acompañantes tenían un sabor amargo para hacer contraste con la salsa teriyaki que resulta muy dulce.


Cerramos el menú igual que lo comenzamos, con un plato muy fresco. Perfecto tras el 'empacho'. El postre era un cremoso de chocolate blanco con gelatina y yuzu y vainilla. Muy muy bueno. 


No hubo tarta de cumpleaños. El 'problema' con la reserva impidió que Rafa pudiera soplar las velas... 

En definitiva, un restaurante japonés diferente. Con sabores muy intensos y combinaciones más originales. Para ir en ocasiones especiales y degustar platos que en un restaurante nipón convencional no encontrarías. Cuando vuelva, eso sí, espero no tener problemas con la reserva para no salir de allí detrás de los cocineros.


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