jueves, 9 de abril de 2015

K-anròs

Esta entrada quizá sea una de las más especiales que llevo escritas en este, mi humilde, blog. Más que nada, porque el restaurante del que os voy a hablar está a 500 metros de casa. Suelo acudir a él un par de veces al mes. Además de las tantas veces que acudo para recoger arroces o pizzas. Con ellos sé que no fallo. De hecho, se han convertido hasta en mis cocineros en Nochebuena.

Se llama K-anròs, forma parte del movimiento Slow Food y está regentado por dos hermanos, Jaume y Paco, que son la amabilidad y la alegría en persona. Jaume se dedica a atender a los clientes y Paco, Paquito, está en la cocina. Les acompañan un grupo de cocineros y camareros extraordinarios que convierten cada visita al restaurante en una gran experiencia. 

Aunque este próximo fin de semana iré hasta en dos ocasiones, os voy a hablar de mi última visita. Obligada, por el cambio de carta que hicieron recientemente.

Comenzamos con un aperitivo, formado por una crema, croqueta de pollo y salpicón



Me encantan las croquetas de K-anròs y la de pollo del aperitivo es de las mejores. Aunque como la de boletus que había en la antigua carta, ninguna.

Como entrantes, pedimos salteado de habas con alcachofa, blanquet y morcilla de arroz y sepia de playa con jugo de ajo y perejil y polvo de sésamo.



Este primer entrante suele estar en la carta de Nochebuena y me alegré al verlo en la nueva. Mezcla de sabores, texturas, colores... Muy bueno.



En cuanto al segundo, el polvo de sésamo le daba un sabor diferente a un plato convencional como es la sepia con la típica salsa de ajo y perejil, picadillo lo llamamos aquí. Muy tierna y sabrosa, la verdad.



Como plato principal optamos por una fideuà de pato, boletus y foie. Aunque este último ingrediente solo iba en la mitad de la paella, por petición propia. Pidiendo un arroz o una fideuà sabes que en K-anròs no fallas. Junto al arroz al horno y la paella de puchero, sería mi plato favorito. Pocas veces, por no decir ninguna, se les pasa de cocción o de sal. Y pocas veces, también, sobra un grano o un fideo en la paella. Y si sobra, se congela. 

Aunque si comparamos los arroces con los postres... ya no sabría definir la especialidad de este restaurante. 



Esta vez, incluso, han hecho una carta exclusiva de postres. 10 diferentes... difícil elección. Así que si somos cuatro comensales, pedimos cuatro postres diferentes. En la variedad está el gusto.



Crema de maracuyá con fruta natural y helado de yoghurt. La opción más sana y refrescante.



Natillas espumosas con chocolate, helado de canela y crujiente de galleta. Mi elección y mi acierto. Lo podría titular como ha hecho K-anròs o, simplemente, natillas de chocolate deconstruida. Texturas muy diferentes a las que encontraríamos en unas natillas tradicionales, pero el mismo sabor. O, incluso, más intenso.



Coulant de calabaza con helado de vainilla. Diferente. Y muy bueno.



Texturas de café con helado de leche merengada. Sabor intenso, textura suave.

Con todo ello, y con unos cafés, acabamos saciados y satisfechos de nuestra comida en K-anròs. Ahora diría aquello de "y a esperar a la próxima visita", pero sé que será mañana. Y lo mejor de todo, ya sé el menú que me espera.

Sí, sí... Ricard Camarena y Paquito juntos en una misma cocina. ¡Esto no me lo podía perder yo! Los mejores platos de un cocinero con estrellas Michelín fusionados con los de mi restaurante favorito... y solo a cinco minutos de casa... UN LUJO.



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